Confieso que tengo una especial predilección por los prototipos, por las alocadas ideas de esos visionarios que se dedican a imaginar cómo serán los cacharros electrónicos que vendrán en los próximos años. Por poner un ejemplo, cuando parece que ya está todo dicho en el mundo de las pantallas y las televisiones, más si cabe cuando todavía estamos tratando de asimilar prestaciones como la alta definición o las tres dimensiones, leo la inminente llegada a nuestros hogares de la nueva gama de televisiones con pantallas curvadas.
Y es que hace pocos meses Samsung y LG lograron captar la atención del mundo cuando anunciaron las primeras televisiones OLED de este tipo de hasta 55 pulgadas. Al parecer estas nuevas pantallas logran una experiencia de visualización más panorámica y una inmersión mayor del telespectador, aunque el precio, como podréis imaginar, no será apto para todos los bolsillos, ya que inicialmente saldrán al mercado por cifras cercanas a los 10.000 euros.
Los que las han probado, aseguran que este tipo de televisores, que no tardaremos en encontrar por aquí, permiten acercar a nuestro hogar una experiencia muy similar a la de los cines IMAX. Uno de los puntos fuertes de esta pantalla es que, gracias a su ángulo de curvatura de 5 grados, la distancia desde cualquier punto del televisor a nuestros ojos es la misma. Hasta ahora, se había innovando en cuanto a calidad de pantallas y apariencia, superando su calidad de imagen a la par que iban reduciendo sus dimensiones. Ahora, al parecer, buscan innovar en este mercado cambiando las formas. Que consigan establecer un nuevo estándar dependerá, en gran medida al menos, de que logren abaratar los costes y el precio final de las mismas.
Pero si todo lo anterior fuese poco, me entero que ingenieros de Fujitsu, en su empeño por innovar en el campo de las pantallas táctiles, han desarrollado un sistema que permite convertir cualquier superficie en una pantalla táctil sin necesidad de un hardware específico.
Si ya me resultan asombrosas las pantallas flexibles, esta nueva vuelta de tuerca en el mundo de las pantallas táctiles es, cuanto menos, muy prometedora. El sistema se basa en el procesamiento de imágenes y sólo necesita de una webcam -que escanea la superficie, detectando sus dimensiones, su ratio y elementos-, y un proyector -que se encarga de lanzar la imagen para que sea visible- para convertir desde un papel a una pared en una increíble pantalla táctil.
Según Taichi Murase, ingeniero de Fujitsu, el sistema es capaz de comprender qué gestos están relacionados con la manipulación de la imagen y cuáles son fortuitos, para que éstos no interfieran con el uso de la pantalla.
Y es que esos visionarios de los que hablaba al comienzo, no dejarán de sorprenderme.